Desde niño, Silvio Pettirossi sueña con volar. Apenas unos años después de la invención del avión, En 1912, se convierte no sólo en piloto, sino en uno de los pioneros de la acrobacia aérea mundial. Desafiando la gravedad, los miedos y los límites del aeroplano, alcanza la fama internacional, pero su ambición por supercar todos los límites finalmente lo lleva a sucumbir.